Los productos enlatados que se congelaron "pueden ser peligrosos para comer según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). Cuando los alimentos enlatados se congelan, pueden inflarse y luego estallar, rompiendo su sello.
"Si los bordes se han oxidado o estallado, tira las latas de inmediato, envuelve la lata en plástico y desecha la comida donde nadie, incluyendo los animales, tenga acceso a ella", aconseja el USDA.
Los alimentos enlatados deben almacenarse en algún lugar a una temperatura entre 50 y 70 grados Fahrenheit para una buena calidad y una conservación más segura, según el Centro Nacional para la Conservación de Alimentos en el Hogar (NCHFP).
Si la comida enlatada se ha congelado accidentalmente pero se dejó fuera y ya no está congelada, debe desecharse. Esto se debe a que probablemente se descongeló a 40 grados Fahrenheit o más, lo que también es inseguro. Según el NCHFP, entre 40 y 140 grados Fahrenheit se considera la "zona de peligro", ya que descongelar los alimentos enlatados a esta temperatura permite "un rápido crecimiento de bacterias, levaduras y mohos".
La bacteria llamada Clostridium botulinum puede crecer dentro y contaminar los alimentos enlatados. Esta bacteria causa botulismo, que es una enfermedad grave que "ataca los nervios del cuerpo y causa dificultad para respirar, parálisis muscular e incluso la muerte", según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
“La toxina botulínica no se puede ver, oler o probar, pero tomar incluso un pequeño sabor de los alimentos que contienen esta toxina puede ser mortal", advierten los CDC.
"Antes de abrir un alimento enlatado, inspecciónalo en busca de contaminación.
Se debe sospechar de contaminación si el recipiente tiene fugas, abolladuras o está hinchado. Si crees que la comida podría estar contaminada, no abras el recipiente y tirala.